Es un juego de "papa caliente" en el que los niños se turnan para pasar al cachorro y acariciarle la cabeza, y luego, cuando el cachorro ladra, es hora de pasárselo a la siguiente persona. El pequeño cachorro hace sonidos tiernos con toda esta atención... ¡pero cuidado! Le encanta que lo acaricien, pero podría orinar. ¡El único jugador que no sea orinado por el cachorro gana!